En primer lugar se debe a que muchas personas no tienen conocimiento de estas normativas y su aplicación específica. Por otro lado, la gran mayoría de productores y negocios pequeños trabajan de manera informal. Lo que muchas veces les impide responder a la demanda y condiciones de las contrataciones. Además de ello, en las comunidades muchas veces tienen una percepción errónea de que los alimentos elaborados de manera industrial son mejores en calidad. Por lo que entregar alimentos producidos en las comunidades a los niños de las escuela puede no resultar tan atractivo.
Así también puede existir un desinterés por parte de las autoridades y dirigentes de promover e iniciar proyectos de producción de alimentos a un nivel adecuado para satisfacer las necesidades de la contratación.