Nuestro país se caracteriza por tener un número significativo de normas que si se cumplieran, en los hechos viviríamos en un país utópico. Sin embargo, la realidad es otra, las normas no son cumplidas en su totalidad, y en lo referente a las compras locales de alimentos en los gobiernos municipales existe un sin fin de irregularidades, una de ellas llegaría a ser el favorecimiento a determinadas empresas para la adjudicación de los contratos en cuestión, basándose tan solo en la afinidad que existe entre autoridades locales y empresarios.
Por otro lado, la poca participación de productores locales también puede considerarse consecuencia del desconocimiento en ellos sobre los mecanismos para postularse, los beneficios que podría representar. Debería brindarse capacitación en cuanto a este tema, en términos simples para motivar su participación en los procesos de contratación de alimentación.